Amor en el Trabajo


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Si piensas en los entornos más habituales en los que sueles establecer tus relaciones íntimamente personales, seguro que el trabajo ocupará un lugar de honor. Y es que realmente con quien compartimos nuestros más oscuros secretos o nuestros más ardientes deseos es con quien convivimos más tiempo: nuestros compañeros de trabajo.

Además, mantener relaciones en el trabajo resulta muy cómodo e incluso económico: no se pierde tiempo conociendo a la persona ni gastando dinero, como ocurre cuando sales a ligar. Si a esto le sumamos que además en el trabajo sueles encontrar personas afines a ti, con objetivos comunes y gustos similares, la atracción está asegurada. Pero… ¿estas historias tienen un final feliz?

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¿En tu despacho o en el mío?


¿Quién alguna vez no se ha sentido atraída por algún compañero de trabajo? Incluso, ¿quién alguna vez no ha coqueteado con algún colega? Con la incorporación de la mujer al trabajo los flirteos y jugueteos están a la orden del día. Y esto no es insano, un poco de coqueteo es bueno para la salud, da seguridad, incluso resulta un aliciente más para ir a trabajar. Pero, ¿qué pasa cuando se traspasa la barrera de la inocencia?

Cada vez nos pasamos más tiempo en el trabajo y por ello también ha habido un aumento de la actividad sexual en este entorno. Muchas son las mujeres que declaran abiertamente haber mantenido relaciones sexuales en su trabajo. En la oficina de él, en la tuya, en el ascensor, en el aparcamiento, en el comedor, en el armario, en los baños, incluso en el despacho del jefe o sobre su escritorio. Sitios muy excitantes y muy recurrentes. Fantasías sexuales hechas realidad.

Pero, ¿por qué da tanto morbo? La sola idea de poder ser descubierta en cualquier momento, o de imaginar qué cara pondrían el resto de tus compañeros si supieran de este “affaire” sexual, aumenta la libido hasta cuotas insospechadas.

El sexo en el trabajo suele resultar muy satisfactorio si ambos están de acuerdo en que sólo sea eso: “sexo”. Cuando se implican sentimientos la cosa se complica incluso para la propia empresa. Por eso muchas compañías de gran renombre están intentando incluir los romances en el centro de trabajo como causa legal para romper un contrato, ya que consideran que rupturas de relaciones apasionadas pueden afectar a la firma. Así que, por si acaso, lo mejor es mantenerlo en secreto.

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Errores que nunca debes cometer

·Nunca uses el poder para imponer tus deseos a terceros que no están interesados.

·No pienses que un romance puede ayudarte a subir en tu carrera profesional.

·Nunca utilices ropas provocativas con el único fin de conquistar.

·Nunca favorezcas profesionalmente a la persona con quien estás relacionada sentimentalmente.

·Respeta su espacio.

·Nunca expreses muestras de cariño en el ambiente de trabajo.

·No utilices el seudónimo usado en la intimidad con tu compañero.

·Nunca resuelvas los problemas sentimentales dentro de la empresa.

·Nunca pidas consejos a tus colegas o superiores sobre la relación con un compañero de trabajo.

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Cruzar la frontera


¿Qué ocurre cuando la atracción física cruza la frontera y se convierte en amor? ¿Sobrevive el amor en el trabajo? La respuesta es sí… pero con mucha paciencia y mano izquierda.

Separar trabajo y amor cuando ambos trabajan en el mismo lugar no resulta tarea fácil.

Para conseguirlo hay que respetar las tres reglas de oro:


1. No mostrase en actitud cariñosa ante el resto de compañeros.
2. Respetar cada uno vuestro espacio vital, evitando inmiscuiros en la labor del otro.
3. Solucionar los problemas del trabajo en el trabajo y los de casa en casa.

Una cosa más. Para saber si lo conseguirás responde con sinceridad a esta pregunta: ¿serías capaz de pasar las 24 horas del día al lado de él? Ten en cuenta que muchas de las relaciones que se inician en el trabajo acaban en boda, pero no obstante la tasa de divorcios entre matrimonios que trabajan juntos es también muy elevada.

Después de llevar tres años haciendo méritos ante tu jefe para que te tuviera en cuenta a la hora del ascenso, la recién llegada, esa que tan acaramelada se muestra con el “susodicho”, se hace con el puesto. Nuevo despacho, nuevo ordenador, nuevas responsabilidades y más sueldo. Todo se lo ha llevado ella. Pero, ¿merece la pena venderse por un ascenso?

La respuesta la tienes tú. Algunas mujeres aseguran mantener relaciones sexuales con su jefe, sin importarles si les gusta o no, ya que esto representa posibilidades de subir en la empresa. Pero estos ascensos tan meteóricos suelen pasar una factura muy alta. Las lenguas de doble filo en las oficinas son temibles y soportar las miradas y comentarios de la gente todos los día puede resultar mortal. ¿Estás dispuesta a aguantar esta presión? Quizá después de haber conseguido este puesto de una forma tan cómoda y sin haber demostrado tu valía personal, descubras que no eres feliz.

TELEFONO 8872-0670 2220-2874

 

Comentarios

  • Alicia  El febrero 11, 2009 a las 6:09 pm

    Estoy trabajando en una empresa en la cual he conocido a un hombre,en realidad el es uno de mis jefes,y desde que este verano pasado en cuanto le conocí,ha habido una especie de atracción entre él y yo,que no ha pasado de eso,entre miradas,algunas palabras…no más,pero cada vez que estoy cerca de él siento que me dá mucha verguenza,y me corto,aparte de que he oído comentarios sobre él de que parece que no le caigo muy bien y demás cosas que no sé si creer?en fin el tiempo pasa y nada,el no me dice nada,sin embargo he podido comprobar que siente celos de mí,cuando estoy hablando con otros compañeros,pero allí queda la cosa…

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